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Una cabeza llena de fantasmas (A Head Full of Ghosts) - Paul Tremblay


Título: Una cabeza llena de fantasmas
Título original: A Head Full of Ghosts
Autor: Paul Tremblay
Año de publicación: 2015
Géneros: Terror
Calificación: ψψψψψψψψψψ (8.5/10)

Sinopsis:
La apacible vida de los Barrett da un giro cuando su hija Marjorie, de catorce años, empieza a mostrar síntomas horribles de esquizofrenia que los médicos no consiguen mitigar. Muy pronto, la situación ha empeorado tanto que su descenso a la locura parece imparable.
Desesperado, el padre pide ayuda a un cura para practicar un exorcismo. Y es entonces cuando se produce una vuelta de tuerca.
Quince años después, una escritora entrevista a la hermana pequeña de Marjorie. A medida que ella rememora la tragedia, va desgranándose una impactante historia que plantea interrogantes sobre la memoria y la realidad, los medios de comunicación, el poder de la ciencia y la religión, y la naturaleza misma del mal.

Opinión:
"Una cabeza de llena de fantasmas" es uno de los mejores libros de terror que he leído hasta la fecha, desde “El resplandor” de Stephen King o “Déjame entrar” de John Ajvide Lindqvist. Con una premisa sencilla y muy usada en el genero de terror que ya se ha convertido en un subgénero; los exorcismos. Pero Paul Tremblay le da un giro interesante abordando temáticas como el impacto de los medios de comunicación, la obsesión por la religión que nos aleja de la ciencia, la memoria siendo un queso gruyere que se rellena con fantasías o terrores infantiles. El género de terror y el halo sobrenatural entorno a la historia es el pretexto para contarnos un drama acerca de los Barrett, una familia que no sabe que está rota, fragmentada y en camino a la locura. Una novela gótica en pleno siglo XXI, cambiando el castillo lúgubre por una típica casa de los suburbios, con todas las pantallas apuntando hacia adentro y las consecuencias que ello representa. No por nada, muchos encuentran elementos de la novela "La maldición de Hill House" de Shirley Jackson como el descenso a la locura de algunos de sus personajes.
No puedo dejar de mencionar que mientras leía la novela recordé varios casos documentados en la vida real sobre sucesos paranormales, en lo que podría ser solo referencias que el autor utilizó o simplemente coincidencias. De entrada, para mí, esta novela es como si el caso de la familia Lutz en Amityville hubiera sucedido en la actualidad con todas las redes sociales, blogs, canales de YouTube y los mal llamados Reality Shows. Además, no puedo dejar de pensar en pequeños elementos que me recuerdan a otros casos como el poltergeist de Enfield, la historia de John List y su familia o el exorcismo de Anneliese Michel en Alemania, justo por las fechas en las que se exhibía en gran parte del mundo la adaptación al cine de El Exorcista. Si desconocen estos casos, más adelante los abordaré relacionándolo con detalles de la novela, si no has leído la novela tal vez querrás evitar esa parte. Yo les avisaré cuando empiece el destripe.
Se trata de una historia que gira en torno al exorcismo de una joven de catorce años; pero a diferencia de obras como "El exorcista" de William Peter Blatty, aquí no hay situaciones que rompan las leyes de la física; no encontraran transformaciones corporales, levitaciones, vómito verde, ni cuellos girando sin romperse. El terror surge de adentro, de la psique de los protagonistas, de sus miedos y obsesiones, de sus recuerdos resquebrajados, de lo que escupen por sus bocas (otra vez, no se trata de vomito). Eso sí, lo que sí van a encontrar en esta novela, son muchos clichés del género de terror que el autor utiliza conscientemente pero de una manera favorable para la historia, no se tome esto como un aspecto negativo. Incluso podemos ver cómo se burla de ello él mismo, a través del blog de Karen Brissette en una de sus entradas, que representa, aunque duela admitir, a muchos de quienes gozamos del género de terror:

“El programa tenia a los fans del terror en el bote desde el primer fotograma  porque la verdad, la mayoría de nosotros nos conformamos con poco. Somos como el chucho de la familia que siempre menea la cola ante cualquier regalo que le hagan… A nosotros… nos importa un pimiento que lo que nos estén echando de comer sea un refrito regurgitado, siempre y cuando podamos ingerirlo sin atragantarnos. …los fragmentos reciclados de los clásicos del género quizá despierten inquietantes ecos familiares de algún lóbregos recoveco de sus culturalmente atrofiadas seseras… pero la impresión general que les suscite será la de estar viendo algo totalmente inédito, original y sobrecogedor.”

La historia está narrada por Merry, la hermana menor de Marjorie, quince años después de lo sucedido, y muy pronto nos podemos dar cuenta que no es un narradora confiable. La memoria generalmente está llena de huecos, y es algo que el autor no pasa por alto, la propia Merry acepta que los recuerdos de cuando ella tenía ocho años se mezclan con la percepción misma de la edad e intenta llenarlos con los videos del programa de televisión que siguió de cerca el caso, los reportes oficiales de la policía y la prensa.
Debido a lo anterior, tenemos que estar conscientes de que estamos ante una historia ambigua. Si eres un lector acostumbrado a que todo te lo den digerido entonces esta no es una novela para ti. A lo largo de la narración se nos exige ir llenando los huecos junto a Merry mientras rememora los hechos. 
Se nos muestra a Marjorie, una chica de catorce años que presenta síntomas propios de la esquizofrenia que ante la casi nula mejoría (desde la percepción de los padres) terminan por pedir la ayuda de un sacerdote. El padre, ante el desempleo y los grandes problemas económicos que acarrea para la familia, poco a poco se va hundiendo en la religión, a tal grado de que solo escucha la voz del sacerdote y ya no continúan con los tratamientos médicos, y optan por practicar un exorcismo a la pobre chica. Por otro lado, Marjorie parece una joven muy inteligente que, ante los ojos de su hermana Merry, parecería que está manipulando conscientemente toda la situación, jugando psicológicamente y atormentando a la familia, incluyendo a la propia Merry. Contándole historias aterradoras que pronto se convierten en premonitorias o será que ¿es Marjorie quien se está inspirando en esas historias para todo lo que sucede en su casa?
Ante todo esto, es cuando hace su aparición una televisora que está interesada en documentar toda la situación, por medio de un reality show que pretende seguir la vida de la familia. El padre de la familia  Barrett, a pesar de la negativa de su esposa, acepta participar en el circo de los medios de comunicación. Muy pronto, mientras los fantasmas inundas las cabezas de la familia Barrett, su casa se va llevando de cámaras y luces con la intención de captar el día a día de la familia. Y como era de esperarse, cuando una cámara está viendo los entresijos de tu casa y tu familia, el mundo entero también está invitado. Y es ahí cuando la locura se esparce, contagiando a todos. 
Uno de los aspectos grotescos de la novela es cuando el público se siente con el derecho de atacar a la familia, apostando en las cercanías de la casa una manada de bestias juiciosas blandiendo pancartas con consignas religiosas y atacando a una joven de catorce años que grita por ayuda.
La novela de Tremblay mantiene una atmósfera que de momentos me recordó a la película Sybil de 1976 dirigida por Daniel Petrie y protagonizada por Sally Field, sobre una chica que es diagnosticada con un trastorno de identidad disociativo. 
Hasta aquí he tratado de no revelar detalles importantes de la trama que puedan arruinar la experiencia de un lector nuevo. Tengo que terminar aquí con la recomendación de este libro para los que gustan de este género. Pero solo para los lectores activos que estén dispuestos a poner de su parte. Porque como ya dije antes, esta novela te exige. Si tú eres un lector pasivo que solo quieres entretenimiento regurgitado, mejor evítala.

Muy bien, a partir de aquí comienza el destripe, no tanto pero algo hay de eso. Normalmente no es algo que me gusta hacer pero dado los paralelismos que noté en la historia con casos de la vida real, haré una excepción. Así que si no has leído la novela tal vez no quieras continuar a partir de aquí:

Como ya mencione anteriormente, en “Una cabeza llena de fantasmas” se pueden encontrar algunos elementos reconocibles de casos de fenómenos paranormales documentados en la vida real. El principal y más evidente, a mi parecer, es el de Amityville. Este caso es uno de los más famosos y mediáticos, no solo de estados unidos, sino en el mundo. Se han hecho películas, documentales y libros sobre los sucesos que pasaban en dicha casa. Específicamente sobre la familia Lutz. Si nunca has escuchado sobre este caso, primero déjame decir: ¿has vivido en una cueva? Y segundo, voy a resumirlo muy rápido: 
La familia Lutz se muda a una casa con un pasado trágico; años antes Ronald DeFeo, Jr. asesinó a todos los integrantes de su familia aseverando que en la casa había algo siniestro, dijo que escuchaba voces que los obligaron a hacer lo que hizo. 
Pronto los nuevos inquilinos, los Lutz, comienzan a experimentar sucesos sobrenaturales que se van tornando cada vez más violentos, hasta que piden la ayuda del matrimonio Warren, una pareja de investigadores de fenómenos paranormales (en quienes se han inspirado para la saga de películas de El Conjuro) que no tenían ningún reparo en sacar provecho a cada situación que se les presentaba, con la venta de libros, películas y conferencias, y que se convertirían en los principales promotores de la historia. ¿En que se parecen las dos familias? Al igual que los Lutz, la familia Barrett tiene dificultades económicas y problemas al interior del seno familiar, derivado por los síntomas de esquizofrenia de su hija Marjorie. Los dos casos se vuelven mediáticos y quedan atrapadas bajo el escrutinio público y a merced de quienes les acusan de usar la enfermedad de su hija, en el caso de los Barrett, y los fenómenos paranormales en el caso de los Lutz. En cuanto a los Lutz, ha quedado muy evidente, con el paso de los años, que todo fue por dinero, pero ¿Qué pasa con los Barrett? Obviamente hubo dinero de por medio, el programa de televisión pagó por grabarlos, pero ¿los padres lo hicieron por dinero? Eso nunca queda claro en la novela, pero las dudas siempre están presentes.
Pasemos a otro caso, el poltergeist de Enfield: En 1977, Peggy Hodgson, quien vivía en Enfield, al norte de Londres en Inglaterra, con sus cuatro hijos: Margaret de 13 años, Janet de 11 años, Johnny de 10 años y Billy de 7 años, aseguraba que en el domicilio sucedían hechos raros que habían sido presenciados por sus hijos. Los eventos reportados por la familia iban desde sillas que se movían sin razón aparente y se oían ruidos y golpes que provenían de las paredes. Sus hijas Janet y Margaret eran las pequeñas que más “sufrían” de los sucesos paranormales. Este caso fue investigado por Maurice Grosse y Guy Lyon Playfair (y no por los Warren, como se dice en la película de El Conjuro 2). Durante la investigación se grabó a Janet siendo “poseída” por el espíritu que habitaba la casa. ¿En que se parece este caso con lo que vemos en la novela? Pues durante la novela se pone en duda los hechos paranormales, y la supuesta posesión de Marjorie, en algunos pasajes de la novela ella misma parece confesarle a su hermana Merry que está fingiendo todo porque ha visto que su padre se ha obsesionado y quiere que todo el mundo lo vea para que las ayuden, pues siente que están en peligro. En el caso de Enfield, quedó evidente que Janet y su hermana Margaret habían fingido todo y que, incluso, la madre también había estado involucrada, todo para llamar la atención y así ganar dinero, aunque esto último no se pudo demostrar, las hermanas fueron grabadas fingiendo los supuestos poltergeists. Este caso es interesante y existe una miniserie de tres episodios del 2015 llamada The Enfield Haunting, que recomiendo si te interesa algo más apegado al caso real en donde se plantean ambas posibilidades, y no la fantochada de El Conjuro 2.
Para finalizar los últimos dos casos, el de John List y el de Anneliese Michel, son dos sucesos totalmente diferentes pero lo relaciono con el padre de la familia Barrett. Por un lado la historia de John List, es la de una persona ultra religiosa, desde muy pequeño sus padres le inculcaron una férrea ideología religiosa. Que en un principio no le representó ningún problema, hasta que se reveló un secreto en su familia. Tras dieciocho años de matrimonio descubrió que su esposa, Helen, tenía sífilis y, por consiguiente él también la tenía. Su esposa había contraído la enfermedad durante su primer matrimonio. Aquel secreto vino a crear problemas en la relación y en la moral de John, pues la sombra de la traición se erigió sobre su cabeza. Su esposa tenía la enfermedad muy avanzada y ya se empezaban a notar signos de demencia, lo que comenzó a causar malestar en John. Aunado a esto, los problemas económicos (una vez más) empeoraron la situación de la familia List, pero sobre todo la cabeza de John que comenzaba a llenarse de fantasmas. La obsesión con la religión fue en aumento, especialmente por su hija Patricia quien quería ser actriz de teatro, fumaba marihuana, comenzaba a acercarse a temas de brujería y no asistía a la iglesia. John, hundido en su profunda fe, se había prometido a sí mismo proteger a su familia de los demonios del mundo, así que, para que a ninguno le fuera negada la entrada al cielo, la muerte era su única forma de purificar los pecados.
La obsesión y la fe ciega en la religión es una de las causas primarias en estos casos, como en el de Anneliese Michel, un chica de 23 años que fue sometida a un exorcismo en la década de los 70’s, quien, influenciada por sus padres y su fe católica abandonó los tratamientos médicos y psiquiátricos que le habían recomendado tras haberle diagnosticado epilepsia. Después de un año moriría por inanición, por las brutales condiciones en que vivió el año en que fue sometida a dicho exorcismo. Durante la investigación de su muerte se determinó que los propios padres le decías qué era lo que necesitaba hace, que actitudes debía de presentar para que la iglesia les autorizara aquel exorcismo. Dejando ver que los propios padres hicieron todo lo posible para forzar aquel exorcismo contraviniendo las recomendaciones de los médicos que habían atendido a Anneliese. Sus padres y los curas que llevaron a cabo el exorcismo fueron acusados de negligencia.
Esto inspiró a dos películas en las cuales se trata el caso desde dos puntos de vista diferentes, “El exorcismo de Emily Rose” (2005) enfocada más en el juicio, en paralelo con las dos hipótesis, lo sobrenatural (la posesión) y la que afirmaba que la causa real era epilepsia; y por otro lado está la película alemana, “Réquiem: el exorcismo de Micaela” que está un poco más alineada a la hipótesis de la epilepsia y la negligencia de los padres y sacerdotes.
Como podemos ver en ambos caso, el de John List y el de Anneliese Michel, al igual que en el presentado en la novela a través del padre de la familia, la obsesión por las creencias religiosas alejan a las personas de la cordura y la ciencia, llenándoles la cabeza de fantasmas y contagiando a todos aquellos que los rodean llevándolos a un final trágico.

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